Antequera es desde hoy una ciudad cardioprotegida mediante la instalación de desfibriladores en tres plazas públicas y la dotación de otros cinco a cuerpos de seguridad

15.000 euros ha invertido el Ayuntamiento en esta primera fase de instalación de dispositivos móviles semiautomáticos para contrarrestar posibles paradas cardiorrespiratorias. Las plazas de San Sebastián, San Francisco y Castilla –tres de los enclaves con mayor tránsito de personas de todo el casco urbano– son los lugares elegidos en los que se han instalado de forma permanente dichos dispositivos.

El alcalde de Antequera, Manolo Barón, el teniente de alcalde de Seguridad, Ángel González, el teniente de alcalde de Programas Sociales y Cooperación Ciudadana, Alberto Arana, y la concejal de Sanidad, Sara Ríos, han presentado en la mañana de hoy martes uno de los tres desfibriladores semiautomáticos que el Ayuntamiento de Antequera ha instalado en tres de los enclaves con mayor tránsito y concentración de personas dentro de las vías públicas de nuestra ciudad: las plazas de San Francisco, San Sebastián y Castilla.

Acompañados por la presidenta del colectivo “Corazones Solidarios Antequera” (impulsor del proyecto), la doctora María Jesús Morales, de la gerente del Área Sanitaria Norte de Málaga, Belén Jiménez, y del regional manager Andalucía Oriental de la empresa suministradora Almas Industries, también se ha llevado a cabo la entrega de un total de cinco desfibriladores entre las unidades móviles de la Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía y Protección Civil, asegurando así que estos cuerpos de seguridad puedan disponer también de estos dispositivos en caso de necesidad en cualquier parte del término municipal.

Respecto a los desfibriladores ubicados en plazas públicas, se activan mediante la rotura del cristal protector del habitáculo del tótem en el que se hospeda el aparato, que además activa automáticamente una llamada al servicio de emergencias 112 para corroborar la veracidad de la situación y proporcionar posibles instrucciones que serán administradas directamente por persona sanitario. Cabe destacar, además, que los espacios en los que se han instalado poseen cámaras de videovigilancia que servirán también como una medida efectiva de cara a combatir posibles actos de vandalismo.

El proyecto “Ciudad Cardioprotegida” trata de concienciar a la población de que una determinada emergencia no es sólo un problema de los servicios sanitarios, sino que en un determinado momento cualquier persona puede salvar la vida de un ciudadano.

Otra de las características clave de estos dispositivos son su geolocalización, pues cuando se activa manda a los servicios de emergencias las coordenadas exactas para que lleguen lo antes posible; este hecho, junto con la tele-asistencia, son rasgos que facilitan una atención rápida y eficaz para revertir los efectos de un paro cardíaco.

Antequera se sitúa así como referente en su entorno al emprender esta iniciativa que demuestra su compromiso al equipar espacios que por ley no están sujetos a instalar desfibriladores, así como a la formación y concienciación ciudadana. Esta última parte será llevada a cabo por el colectivo “Corazones Solidarios” a través de varios cursos y prácticas en técnicas de reanimación cardiopulmonar básica con uso de desfibrilación y técnicas de desobstrucción de la vía aérea. Estos talleres, totalmente gratuitos, se podrán solicitar a través del correo electrónico antequera30y2@gmail.com.

El Alcalde manifestaba que en el día de hoy “se ha marcado un antes y un después en lo que significa la cardioprotección en Antequera, tanto con dispositivos fijos como otros móviles que van a ir en los vehículos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y, también, en los de Protección Civil”. “Antequera se sitúa a la vanguardia
por preocuparnos, por querer lo mejor para nuestros ciudadanos, habiendo dotado de un buen número de desfibriladores tanto a los vehículos como a las plazas de Castilla, San Sebastián y San Francisco”, sentenciaba Manolo Barón confirmando que se trata “del primer paso” porque la intención es que a corto plazo todos los espacios de instalaciones municipales públicas y donde más personas se congregan también puedan llegar a estar protegidos. Por su parte, el teniente de alcalde Alberto Arana ha declarado que se trata de “una apuesta clara para poder salvar una vida en caso de emergencia, ya que por desgracia suelen ocurrir casos que podrán evitarse gracias a estos espacios cardioprotegidos”.

Espacios conectados cardioprotegidos
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población, ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos. Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.

Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.

Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados
Cadena de Supervivencia:

1. Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
2. Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
3. Desfibrilación temprana.
4. SVA y cuidados post-resucitación

En Europa, el paro cardiaco es una de las primeras causas de mortalidad y en España se dan más 40.000 por año. En nuestro país, tras una enfermedad cardiaca, el índice de salvación se sitúa en un 4% mientras en EEUU se sitúa ya en un 50% gracias a la implantación masiva de desfibriladores. El plazo de intervención para salvar a una víctima es de no más de 4-5 minutos. Además, por cada minuto que se pierde, hay un 10% menos de probabilidad de supervivencia.