El San Francisco de Pedro de Mena que se expone habitualmente en el MVCA, protagonista de excepción de la monográfica sobre dicho autor inaugurada este sábado en Málaga

El Alcalde de Antequera asistía a la inauguración de la muestra “Pedro de Mena. Granatensis Malacae” que se exhibe hasta el 14 de julio en el Palacio Episcopal. La emblemática escultura antequerana, cuyo origen se ubica en el antiguo Convento de La Magdalena, es el hito principal de la última sala del recorrido, destinada a la figura de San Francisco de Asís.

El alcalde de Antequera, Manolo Barón, y la teniente de alcalde delegada de Cultura, Ferias y Patrimonio Histórico, Ana Cebrián, asistían en el mediodía de este sábado 16 de marzo a la inauguración de la exposición “Pedro de Mena. Granatensis Malacae”, muestra monográfica sobre la obra de tan destacado escultor granadino del Barroco que ha organizado y promovido la Diócesis de Málaga a través del Centro de Arte del Palacio Episcopal.

El acto contó con la presencia destacada del obispo de Málaga, monseñor Jesús Catalá, el ministro de Cultura, José Guirao, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, o el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga.

La relación de Antequera con dicha exposición se debe a la presencia destacada del San Francisco de Asís que Pedro de Mena y Medrano talló para el antiguo convento antequerano de La Magdalena, siendo trasladado en su momento a la iglesia de San Miguel hasta su depósito actual en el Museo de la Ciudad de Antequera, enclave en el que se puede contemplar y admirar en la actualidad. Con motivo del desarrollo de esta exposición sobre Pedro de Mena –la más importante y destacada realizada hasta la fecha–, “nuestro” San Francisco ha sido cedido a dicha muestra temporal que se prolongará hasta el próximo 14 de julio en el Palacio Episcopal de Málaga.

Concretamente, ocupa sitio privilegiado y destacado protagonizando la última sala del recorrido que está dedicada íntegramente a la figura de San Francisco de Asís en su representación de la visión que tuvo del mismo el papa Nicolás V.

El alcalde de Antequera, Manolo Barón, destaca por ello que “Antequera está representada en una nueva gran exposición con una de sus piezas, en este caso imagineras, como es el San Francisco de Pedro de Mena, exponiéndose en el Palacio Episcopal de Málaga junto a otras piezas absolutamente insuperables de este artista granadino que tuvo su vinculación con Málaga y del que tenemos buena muestra de él en nuestra ciudad”.

“El San Francisco de Pedro de Mena, el San Francisco del Museo de la Ciudad de Antequera, está en una magna exposición que va a suponer un antes y un después de lo que supone la visión de este artista granadino del Barroco que tuvo en el siglo XVII una magnífica producción imaginera con piezas absolutamente sorprendentes y artísticas que se dan cita ahora procedentes de toda España”, manifiesta el Alcalde, quien invita a su vez a visitar esta muestra que supone el hecho de que “Antequera sea protagonista nuevamente en nuestra capital demostrando que somos una ciudad patrimonial, histórica y artística que dispone de unas piezas de indudable valor que llaman la atención y que son requeridas para aumentar la calidad de exposiciones, en este caso monográfica sobre Pedro de Mena en Málaga”.

Más información sobre el San Francisco de Pedro de Mena de Antequera

Se trata de una escultura, que la crítica ha fechado hacia 1665-1670, de tamaño natural y realizada en madera tallada y policromada, que representa el cadáver de San Francisco tal como cuenta la tradición que lo encontró el papa Nicolás V en su visita a la tumba de Asís. Está representado, por tanto, incorrupto, de pie, mirando hacia el cielo, calada la capucha y con las manos enfundadas bajo las mangas, al tiempo que mana la sangre de los estigmas del costado y del pie derecho que aparece bajo la túnica. A pesar de lo que representa, un cadáver, la sensación que tiene el espectador es la de estar contemplando un arrobamiento místico del santo en vida. De hecho, según la leyenda, tal fue la sensación que vivió el propio pontífice en su visita.

Técnicamente la escultura está resuelta con gran maestría, destacando el naturalismo de toda la pieza, tanto en la rotunda verticalidad de los pliegues de la túnica, imitando en su policromía la estameña ‘remendada’, como en los recursos empleados en el rostro: ojos de cristal, pestañas de pelo natural y dientes de marfil, así como unas carnaciones cálidas y semi-mates de elaborados matices. Su última restauración data del año 2007.