En este sentido, la ocupación global (sumando hoteles y alojamientos rurales) fue del 69 por ciento, lo que conlleva un aumento de seis puntos porcentuales respecto al mismo mes en el año 2016 (que fue del 63 por ciento). Desglosado por tipo de establecimientos, los hoteles han tenido una ocupación del 58 por ciento (52 por ciento en el 2016), mientras que en los alojamientos rurales han sido del 70 por ciento (64 por ciento en el 2016).

Si comparamos a su vez estos resultados con los del mes de julio de 2015 (en el que precisamente se iniciaba la campaña promocional "Piedra sobre Piedra" en torno al Sitio de los Dólmenes como Patrimonio Mundial de la UNESCO), el aumento es mayor incluso. En julio de 2015 hubo un 56 por ciento de ocupación global, siendo de un 46 la hotelera y un 66 por ciento en alojamientos rurales, por lo que las diferencias respecto al presente año 2017 son de 13 puntos en el cómputo global, 12 en lo que se refiere a hoteles y de 4 en los alojamientos rurales. Estos datos indican el progresivo aumento que ha habido sobre todo en lo que se refiere a hoteles puesto que en 2015 no se ocupaban ni la mitad de las camas disponibles y ahora lo hacen seis de cada diez. 

Tras el exponencial aumento en el número de visitas registradas, la teniente de alcalde Belén Jiménez considera también positivo este aumento paralelo en la ocupación hotelera, objetivo en el que se está intensificando el trabajo promocional en la ciudad para conseguir que el turista que visita la ciudad, también pernocte en ella, algo cada vez más frecuente. "En pleno verano y a pesar de las altas temperaturas, hemos conseguido que la ocupación hotelera siga subiendo a pesar de ser tradicionalmente para nosotros una época de temporada baja, por lo que parece que poco a poco se están viendo los frutos y que cada vez más los turistas de esa Costa del Sol a la que miramos de frente y no de espaldas como hasta nuestra entrada en el Equipo de Gobierno, están viniendo más a complementar sus vacaciones de sol y playa", manifiesta Jiménez.